Ahora que es verano y nuestra piel está más expuesta, corremos el riesgo de coger infecciones. Una de las dolencias más comunes son los forúnculos. Los forúnculos son infecciones que afectan a grupos de folículos pilosos y el tejido cutáneo adyacente. Las bacterias causantes de la aparición de forúnculos son principalmente las Staphylococcus aureus. Pero también pueden ser producidas por bacterias u hongos que se encuentran en la superficie de la piel. Cuando la bacteria daña el folículo piloso, éste queda expuesto dejando que la infección penetre dentro del folículo y en el tejido por debajo de éste.
Las partes del cuerpo más comunes en las que se dan los forúnculos son la cara, el cuello, la axila, las nalgas y los muslos. Puede haber uno o más forúnculos dependiendo de cuantos folículos estén infectados. Al principio, cuando se está formando el forúnculo, nos puede parecer que hay una zona más sensibilizada, rosácea y un poco inflamada, pero con el tiempo se irá hinchando como un globo de agua o un quiste.
En esta fase nos puede empezar a producir molestias y el dolor irá aumentando a medida que el forúnculo se llene de pus y tejido muerto, por ello es importante que el forúnculo drene lo antes posible para que nos deje de doler. A veces drena por sí solo o a veces es necesario abrirlo, pero no debe hacerlo uno mismo ya que se podría expandir la infección. El tamaño de la protuberancia puede oscilar entre una picadura de mosquito a una pelota de golf.
Dependiendo de la gravedad de la infección, se nos pueden presentar los siguientes síntomas. Entre los más comunes encontramos la aparición de núcleos blancos o amarillos (pústulas), diseminación a otras zonas de la piel o fusión con otros forúnculos, supuración o formación de costra. Otros síntomas más graves pueden incluir: fatiga, fiebre e indisposición general.
Aunque puede ser que los forúnculos se curen por sí solos después de periodos de dolor leve, es más común que se agrave la situación a medida que aumenta el pus. Para tratar los forúnculos se debe aplicar compresas húmedas y calientes en el forúnculo varias veces al día para acelerar el drenado y la curación y una vez se haya abierto, seguir aplicando las compresas. Si se trata de forúnculos grandes se puede necesitar de cirugía para drenarlos.
Para que los forúnculos no se expandan a otras partes del cuerpo es importante limpiarlos y cambiar los apósitos que los cubren con frecuencia. También es importante mantener una higiene corporal exhaustiva y lavarse las manos después de tocar un forúnculo. Hay que lavar toda la ropa que entre en contacto con éste así como toallas y prendas que los hayan rozado con agua muy caliente.
Los jabones o cremas antibacterianas son de poca utilidad una vez que el forúnculo ya se ha formado. Sin embargo hay productos de medicina natural que sí pueden ayudar a curar los forúnculos y a paliar las molestias que éstos producen como por ejemplo el Aceite de comino negro Golden Seed de Siremsyr. Este producto se aplica fácilmente por vía tópica y es 100% natural. El Aceite de comino negro también sirve para paliar otras dolencias de la piel como los abscesos, la psoriasis, acné y vitíligo.