La rúcula, también llamada arrúgula, roqueta o jazamango, es originaria de la cuenca del Mediterráneo y de Asia occidental. Se cultiva en Europa meridional, Egipto, Sudán y en la India. Pero este vegetal que alegra nuestras ensaladas, no sólo es un condimento muy agradecido en la cocina, sino que también posee propiedades afrodisíacas.

Es sabido que la rúcula tiene múltiples propiedades y componentes como vitamina C, beta-caroteno o pro-vitamina A, y minerales como el  magnesio, el potasio y el hierro. La combinación de hierro y vitamina C, además le brinda cualidades antianémicas. Pero lo que muchos desconocen cuando escogen este vegetal para acompañar sus platos, es que tiene propiedades afrodisíacas.

A causa de su contenido considerable en triptófano, aminoácido esencial para promover la liberación del neurotransmisor serotonina, tiene efectos en la regulación del sueño y el placer. Por ello se le atribuyen propiedades afrodisíacas. La ansiedad, el insomnio y el estrés también se benefician considerablemente por el aporte de triptófano al organismo.

Ya desde los tiempos romanos, la rúcula estaba considerada como un potente afrodisíaco y se usaba para hacer ensaladas. Pero no fue hasta la época de los 90 cuando empezó a ser cultivada a gran escala y hoy en día la podemos encontrar en cualquier supermercado. Combina muy bien tanto con las patatas, pasta y  pizzas como para acompañar carnes y pescados. Además, se puede condimentar con aceite de oliva, miel, frutos secos y queso de cabra. Los italianos la usan en sus recetas a menudo, y en sándwiches.

Su sabor ligeramente amargo puede recordar a la naranja, pero son precisamente las sustancias amargas de la rúcula las que estimulan las secreciones digestivas. En su composición se distingue también una cantidad apreciable de fibra, que mejora el tránsito intestinal.

Para que podáis empezar a disfrutar de este descubrimiento, os dejamos una receta con ingredientes afrodisíacos, entre ellos (por supuesto), la rúcula:

Ensalada de centolla, pomelo y rúcula

Ingredientes (para dos personas):

– ½  palta.

– Unas patitas de centolla (puede sustituirse por langostinos u otro marisco).

– Hojas de  rúcula.

– Un par de hojas de endivias.

– Gajos de pomelo pelados “a vivo”.

– Jugo de pomelo.

– Aceite de oliva.

– Gotitas de aceite balsámico.

– Salsa golf.

Elaboración:

– Lavar la rúcula y las endivias.

– Pelar la palta y cortarla en rodajas.

– Pelar un par de gajos de pomelo “a vivo “. Esto significa, pelar el pomelo y después con un cuchillo filoso separar el hollejo  de la carne de esta fruta.

– Preparar una vinagreta emulsionando el aceite de oliva, jugo de pomelo, gotitas de aceite, sal y pimienta.

– Preparar la ensalada: Distribuir en el plato la rúcula y las endivias, aliñados con la vinagreta. Colocar de forma bien estética la palta, gajos de pomelo y centolla. Decorar el palto con un chorrito de salsa golf.

Fuente de la receta: http://www.mdzol.com/